Generalmente, cuando ellos reciben más de cuarenta turistas al mismo tiempo es un día de jolgorio ya que no solo hacen un poco de plata por la entrada a la misma, sino que también, cada individuo puede vender sus artesanías. Sin embargo, más allá de la ganancia de dinero por las visitas y ventas de artesanías, lo que más valoran ellos es compartir una tarde con personas que son de otras culturas.
Es interesante ver a los niños como juegan, observan, y se divierten entre ellos hablando de sus cosas (foto de arriba). Algo que me lleva a reflexionar de como en esta época de tanta tecnología los niños indígenas pueden ser tan felices cuando están en grupo, como por ejemplo, mirando quizás un sapo, agarrando una iguana, o simplemente corriendo carreras o trepándose en las plantas. Algo que a más de uno de nosotros, probablemente, nos recuerde nuestras épocas de infancia haciéndonos que nos preguntemos porque los niños de hoy en día - a pesar de los juegos tecnológicos, celulares, comodidades, etc. - no pueden ser tan felices como los niños indígenas.
Estos niños no duermen sobre colchón, se bañan en el rio, comen arroz, plátano, pescado y pollo cuando hay, cada uno tienen un par de zapato que los cuidan muy bien ya que los usan para ir a la escuela. En otras palabras, viven con lo que necesitan y no con lo que quieren, sin embargo, son más felices que muchos niños del primer mundo quienes tienen más de los que quieren. Eso me lleva a reflexionar lo que alguien dijo una vez que “la felicidad plena es compartir con los demás” una frase que no debería aplicar solo para los niños , sino para los adultos también!
1 comentario:
Asi debe ser! compartir, hay tanta gente en el mundo que muere de soledad, dolor, hambre...olvidados hasta de su propia familia...Dios Mio...Ayudanos a entender lo importante de compartir, de dar sin esperar.
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