PANAMA - Leer es Crecer

Después de la tormenta salió el sol. Siguieron llegando donaciones para la comunidad pero esta ves exclusivas para los niños, eso creo?

En Panamá hay una librería importante llamada El Hombre de la Mancha en donde tuve la oportunidad junto con la comunidad de negociar los CDs que ellos habían grabado hace un tiempo atrás para que sean vendidos en esta prestigiosa librería. Acabando de formar una nueva alianza entre la comunidad Embera y El Hombre de la Mancha sirvió para pedirles via email una donación de libros para estos tiempos difíciles (ver artículo anterior: “El Pavo Trajo Alegría a la Comunidad”) que estaban pasando la comunidad de Ella Drua.
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Antes de mandar el correo electrónico tuve mis ciertas dudas sobre si nos iban ayudar o no, entonces pensé, “pedir no cuesta nada, así que es mejor hacer el intento que no hacerlo” le mandé una nota con un enlace de una noticia que había salido en la TV describiendo los efectos de las inundaciones en la comunidad. Más haya de todo la intención era tratar de conseguir libritos de cuentos para los niños por la cual la respuesta no se hizo esperar.

Enseguida me respondieron diciendo que con gusto nos iban a ayudar, y así fue. Nos dieron una donación de 50 libritos a un valor total de doscientos ochenta y un dólares. Al día siguiente conseguí el auto del proyecto para ir a llevarlos y sorprender a los niños. Cuando llegué al embarcadero, mientras esperaba el cayuco (canoa) para que me transporte a la comunidad, me encontré con algunos niños que regresaban de la escuela. A penas me vieron con una caja me empezaron a preguntar que traía y yo les decía que en esa caja había de todo desde aves, dinosaurios, cocodrilos, etc. Cuando subimos al cayuco los chicos se morían por saber lo que había adentro, creo que fueron los 7 minutos mas largos de sus vidas pero en realidad yo traía todo lo que les había dicho, en libros!

Cuando arribamos a la comunidad dos de las chiquitas me dijeron, “Fernando no habrás la caja hasta que volvamos” ellas tenían que sacarse sus uniformes de la escuela, que lo cuidan como oro, e ir a cambiarse y volver a Bohío (Casa de quincho grande que usa para grandes eventos, charlas, decisiones, etc.). Bien, así fue esperé hasta que todos estuvieran y abrimos la caja. La alegría de esos chicos era difícil describir pero lo que más me sorprendió que los grandes también querían los libritos. O sea que realmente los libritos eran para todos. Como pueden ver en las fotos de abajo (enlace) todo el “mundo” estaba mirando los cuentos. También, me di cuenta que mucho de los adultos no sabían leer pero igual observaban como si supieran. Creo que trataban de analizar los dibujos y hacer sus propias historias. A veces uno asume cosas como que todos los grandes saben leer pero la realidad y las experiencias nos demuestran lo contrario. Moraleja lo que era una donación para niños termino siendo para grandes también.